ENTREVISTA PARA LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE SANTIAGO DE CHILE (Pablo Espinoza Z.)

Comunicaciones Fundación La Fuente 17 Noviembre, 2011

1. Tú misma has calificado la mayor parte de tu producción literaria como “andina”. ¿A qué se debe tu predilección por esta temática y porque crees que logra encantar a los niños lectores?  / ¿Crees que es algo que podría ser más explotado y desarrollado por los escritores de literatura infantil latinoamericanos?

Mi literatura es andina porque he recorrido junto a mis padres, historiadores del arte, la zona andina de arriba a abajo desde que era muy pequeña y me interiorizado de ella hasta que ha formado parte de mí misma. Los tesoros que encierra esa región son maravillosos. Así nace "La pluma de Miguel" (Ed. LOM) con los ángeles andinos que cobran vida de cuadros pintados en el siglo XVII por artistas indígenas y que están dispersos desde el norte de Argentina hasta el sur de Colombia. "La portada mágica" (Ed. Alfaguara) rememora a cualquier portada de una iglesia del siglo XVIII donde los elementos españoles e indígenas se funden en el arte mestizo. En "El espejo de los sueños" (Ed. Alfaguara) muestro las creencias mitológicas de los pueblos más importantes de América del Sur. "La Turquesa y el Sol" (Ed. Alfaguara), tal vez el más estudiado de mis libros, permite a dos adolescentes de la época de los incas vivir una aventura en el momento final de este gran imperio que abarcó toda la zona andina. Le tengo un cariño especial, pues yo viví gran parte de mi adolescencia en la ciudad del Cuzco que es el escenario principal de esta novela. Posteriormente, he continuado con la recuperación del patrimonio cultural andino, pero también le he dado cabida a otros temas como los dinosaurios de sudamérica y los videojuegos en "Trapizonda" (Ed. Alfaguara) y las tradiciones navideñas en "La esfera de cristal" (Ed. Gisbert).

Los lectores gozan de estos temas porque en todos ellos, además de historia y geografía andina, está el toque mágico de la fantasía. En cada historia pueden encontrar dioses poderosos que pelean entre sí, seres mágicos (sirenas, duendes, montañas, ángeles) con poderes sobrenaturales, seres humanos que viajan a través del tiempo, que se encogen y forman parte de un video juego o de un Belén, etc. Todo eso encanta y atrapa a los lectores.
Definitivamente, creo que el mundo mágico de la zona andina es comparable al mundo mágico de los bosques y castillos de Europa; el toque particular está en saber explotar lo que tenemos.

2. En una entrevista que diste hace algunos años, dijiste que no hay mucha literatura infantil en Bolivia ¿Qué crees que se puede hacer para cambiar este panorama en tu país? / Y hablando de Latinoamérica, ¿qué países, en cambio, admiras por su producción literaria infantil?

Lo dije hace muchos años y lo sigo diciendo ahora. Según la estadísticas que manejo dentro de la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil el año 2008 se han publicado 55 libros, el 2009 fueron 44 libros y el año pasado tan solo 37. Suponiendo que puedo no tener acceso a todo lo publicado, me atrevería a decir como algo optimista que en Bolivia actualmente se están publicando alrededor de 60 libros al año que es una suma insignificante. Creo que uno de los problemas fundamentales es la ausencia de una materia, ni siquiera hablo de una cátedra, en la carrera de literatura de alguna de las universidades del país. Como Academia, a partir del año 2006, traemos a La Paz un especialista en Literatura Infantil una vez al año. Estos cursos benefician a profesores, editores, autores, ilustradores y gente interesada; es un gran esfuerzo, pero aún es muy poco. Mientras las universidades sigan considerando a la literatura infantil como una materia sin importancia no creo que logremos mucha mayor producción. Tampoco hay incentivos para autores e ilustradores, porque no existen concursos que estimulen la escritura de libros para niños, y cuando existen, el financiamiento se corta a los dos años de haberse iniciado el concurso. Sin embargo existen editoriales nacionales que empiezan a dar apoyo a la literatura infantil. Son muchos los factores que hay que revertir y donde hay que trabajar.
Países con una gran producción literaria infantil y con excelentes autores son México, Brasil, Argentina, Colombia y, por supuesto, Chile.

3. En tu libro “Trapizonda” logras combinar la tecnología con la literatura. Esto, sin embargo, es algo poco frecuente. Generalmente, al hablar de libros la tecnología (como Internet, los videojuegos o la televisión) es algo que se rechaza. ¿Cuál es tu visión sobre este tema? / ¿ Se debe rechazar la tecnología al hablar de lectura?

 "Trapizonda: un video juego para leer" es el libro con mayores ventas en Bolivia y Sudamérica. Es increíble cómo los niños quedan atrapados por su lectura. Yo creo que la literatura debe actualizarse y escuchar las demandas de los lectores que pertenecen al siglo XXI, sobre todo ahora que están rendidos ante la tecnología. Esto no le quita a la novela que su tema central sea la presencia de los dinosaurios de la época cretácica en Sudamérica. El éxito de Trapizonda es que el niño al leerlo puede seguir la secuencia de un video juego a lo largo de todo el libro. Me he estudiado todos los movimientos de personajes dentro de un video juego, cómo conseguir los poderes, cómo tener nuevas vidas, el puntaje, hago la descripción de los objetos monótonos y robóticos que son parte de los escenarios, trabajo con jugadores en red, etc. Realmente me tomó un par de años armar esa novela. Creo que valió la pena porque demuestra que tecnología y literatura pueden ir perfectamente de la mano. Ocurre algo parecido con otras dos novelas mías recientes: "El revés del cuento" y "La esfera de cristal".

Entrevista de Pablo Espinoza Z.  (Para la Feria del Libro de Santiago Nov, 2011).

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